El presidente Javier Milei ha solicitado el apoyo de los gobernadores para sus propuestas en el Congreso, con el objetivo de transformar la economía y eliminar el déficit fiscal. Sin embargo, los mandatarios provinciales están preocupados por la disminución de la coparticipación y la falta de flexibilidad por parte del gobierno central para cambiar la matriz impositiva y permitir la supervivencia de cada territorio.

Durante el encuentro del 19 de diciembre, el primer y hasta ahora único entre el flamante presidente y los gobernadores provinciales, la reducción de la recaudación debido a la eliminación del Impuesto a las Ganancias fue uno de los temas que más preocupó a los gobernadores. Algunos de ellos incluso plantearon la posibilidad de revertir o reinstaurar dicho impuesto. Milei terminó cediendo a cambio de la promesa de un ajuste que se aplicaría en todas las jurisdicciones.

Además, algunos gobernadores expusieron las dificultades que enfrentan sus provincias debido a la necesidad de renegociar deudas en dólares con organismos internacionales. Ante esto, Milei se ofreció a seguir dialogando y poner a disposición al equipo de la Secretaría de Finanzas para tratar el tema. Cabe destacar que esta deuda en dólares es en gran parte consecuencia del plan de desfinanciamiento implementado por el ex presidente Mauricio Macri durante su mandato.

Sin embargo, después de la reunión, ocho gobernadores peronistas resaltaron en un comunicado la necesidad de buscar «herramientas de compensación» frente a la fuerte devaluación del peso y la «pérdida de recursos coparticipables». Aunque consideraron que la reversión del Impuesto a las Ganancias no sería el camino adecuado, propusieron coparticipar un 70% del impuesto al cheque. Sin embargo, el presidente Milei rechazó rotundamente esta posibilidad.

El ajuste libertario

El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) ha calculado el impacto y alcance del ajuste prometido por Milei en caso de eliminar la obra pública, la inversión real directa del Estado en las provincias, las transferencias a las jurisdicciones y la eliminación o venta de algunas empresas estatales. Según el análisis del Iaraf, esto implicaría reducir la inversión pública a los niveles de 2007.

Durante el gobierno de Macri, las provincias patagónicas sufrieron recortes en las transferencias de fondos del gobierno central, disminución de la inversión e incluso la eliminación de obras públicas en Santa Cruz debido a la enemistad política. Algunas provincias, como Tierra del Fuego, Chubut, Río Negro y Neuquén, tuvieron que endeudarse en dólares.

De acuerdo con los cálculos del Iaraf, el plan de Milei, con un impacto especial en las provincias, implicaría que estas dejen de recibir 2,7 billones de pesos por transferencias no automáticas, lo que representaría una reducción real del gasto primario del 5,7%. Además, la eliminación de la inversión real directa implicaría una disminución adicional del gasto del 12%. Las provincias serían las más afectadas. Si se eliminan los subsidios energéticos, el ajuste cubriría el 80% de los recursos necesarios.